PÁGINAS

lunes, 4 de abril de 2016

YO MUJER: La Congruencia

La Congruencia

Hoy recibí un mensaje con una historia que me encantó para ilustrar el tema del cual deseo escribirles hoy…
Un día cualquiera en una de esas avenidas muy transitadas de la ciudad, el semáforo se puso en amarillo justo cuando él iba a cruzar y tal como correspondía se detuvo justo detrás de la línea de paso peatonal, aún cuando pudo haber rebasado la luz roja acelerando a través de la intersección.
La mujer que estaba en el auto de atrás estaba furiosa. Le tocó la bocina por un largo rato e hizo comentaros negativos y vulgares en alta voz, ya que por culpa suya no pudo avanzar a través de la intersección, y para colmo se le cayó su teléfono móvil y por si fuera poco se le corrió el maquillaje. En medio de su berrinche, la señora oyó que un policía tocaba la ventanilla de su puerta. El oficial le ordenó salir del auto, con las manos arriba y sin mediar palabra, la llevó a la comisaría, donde fue detenida.
Luego de un par de horas, un policía se acerco a la celda y le abrió la puerta. La señora fue escoltada hasta el mostrador, donde el agente que la detuvo la esperaba con sus pertenencias.
−Señora, lamento mucho este error − le explicó el policía− le mandé bajar de su auto cuando usted tocaba la bocina fuertemente, queriendo pasarle por encima al automóvil de adelante, maldiciendo, gritando improperios y diciendo palabras soeces, dado que mientras la observaba me percaté que en su retrovisor hay un rosario que cuelga, su auto tiene una calcomanía que dice “Jesús te Ama”, su patente tiene una placa que dice “Amor y Paz”, en la parte de atrás hay una oblea que dice “La paciencia es la madre de las virtudes”, otra calcomanía que dice “Practica la meditación” y finalmente  el emblema cristiano del pez − ¡como es de imaginarse supuse que el auto era robado!
Es una historia graciosa, un poco exagerada quizá, sin embargo nos muestra claramente como en ocasiones podemos ser totalmente incongruentes, sucede que muchas veces llevamos una total disparidad entre lo que pensamos, decimos, sentimos  y hacemos en nuestra vida.
La incongruencia nos genera mucho desgaste y por ende nos conduce al sufrimiento, se requiere alinear lo que queremos, pensamos y sentimos con las acciones que llevamos a cabo día tras día.
La vida es un espejo y permanentemente nos devuelve la imagen que estamos proyectando, si deseamos mayor bienestar  no podemos vivir en la queja, la crítica o fungiendo el papel de víctimas, eso es incoherente, comencemos por definir cómo es la vida que deseamos crear y en ese sentido vamos a alinear nuestros pensamientos, emociones, palabras y acciones en la misma dirección. Te garantizo que los resultados serán sorprendentes.
Si deseas que la vida te sonría, comienza por sonreír, si deseas más amabilidad sé más amable, quieres más amor entonces habla de amor, trata todo y a todos con amor. Recuerda que eres la escritora y la protagonista de tu nueva historia de vida.     
Con todo mi amor,
Ana María Valera
Twitter: @anavalerafeliz
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