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miércoles, 10 de febrero de 2016

NOVELAS INOLVIDABLES: Orgullo y prejuicio reseña de Jane Kelder

ORGULLO Y PREJUICIO

Ficha Técnica
Nombre Original: Pride & Prejudice
Nombre en Español: Orgullo & Prejuicio
Autor: Jane Austen
Editorial:  publicada en 1813
GeneroRomance Histórico.

Sinopsis
La gran casa de Netherfield Park tiene a un nuevo inquilino: el señor Bingley, un joven atractivo, rico y... soltero. La señora Bennet está encantada, pues su deseo más ferviente es encontrar un buen partido para sus cinco hijas. Pero a Elisabeth, la más rebelde de las hermanas, quien de verdad le interesa es el señor Darcy, un joven arrogante y misterioso.


RESEÑA

Me resulta muy difícil hablar de esta novela sin repetir las mil y una cosas que ya se han dicho de ella. Orgullo y prejuicio fue escrita por Jane Austen en 1787 con el título de Primeras impresiones, pero fue rechazada en ese momento por el mundo editorial. Posteriormente, ya con el título que conocemos y de forma anónima, esta obra pudo ver la luz en 1813. El argumento es archiconocido:
El matrimonio Bennet tiene cinco hijas entre 15 y 23 años y alimentan la esperanza de que realicen un buen matrimonio, ya que el patrimonio familiar está vinculado a un varón (un sobrino del señor Bennet). Residen en Meryton, donde Bingley, un adinerado joven, acaba de alquilar la posesión de Netherfield. Darcy, el mejor amigo de Bingley, se enamora de Lizzie, la segunda de las hermanas Bennet, inferior a él en condición. La vulgaridad de la familia de ella hace que Darcy procure alejarse de Meryton y convenza a su amigo, que se ha fijado en Jane, la hermana mayor, para hacer lo mismo. Sin embargo, Darcy vuelve a coincidir con Lizzie en Rossings, la propiedad de la tía de él. Por entonces, Lizzie tiene razones para odiar a Darcy y procurará desafiarlo cada vez que él se acerque a ella, pero después de rechazar una propuesta de matrimonio de él (poco adecuada, por cierto), empezará a comprender que sus prejuicios contra Darcy no están bien fundamentados y su corazón empezará a inclinarse hacia un hombre que, presupone, ahora debe odiarla. Por supuesto, suceden muchas cosas más y la historia termina con final feliz.

            La novela comienza presentándonos el agravio que sufre la mujer respecto a los derechos hereditarios y nos habla del matrimonio como una única salida para las jóvenes. Sin embargo, Lizzie, a pesar de recibir dos peticiones de mano (una conveniente y la otra, impensable de tan beneficiosa que resulta), rechaza en ambas convertirse en la esposa de un hombre al que ni ama ni respeta. Lizzie no pronuncia ningún discurso feminista, pero inevitablemente su actitud es rebelde en su contexto y, así, su madre no hace más que reprochárselo (aun ignorando la segunda proposición). Lizzie tiene ideas propias y está determinada a dejarse llevar por ellas, aunque no por eso está exenta de influencias y prejuicios, tal como irá comprendiendo a lo largo del tiempo. Ella, al igual que él, va evolucionando durante la narración y ambos sufren un aprendizaje que los mejorará como personas.
            Tal vez Jane Austen sea una de las autoras menos románticas en la época del Romanticismo inglés, y no me refiero a la concepción actual de ‘romántico’, sino al espíritu rebelde, transgresor y pasional del Romanticismo. Austen nunca se aleja de la racionalidad y la sensatez, de la moderación en los sentimientos, pero no por ello acepta un futuro de entrega. Incluso en el estilo, la vehemencia es sustituida por una sátira contenida.

            Orgullo y prejuicio no es solo una historia de amor que sigue emocionando. La incondicionalidad de los profundos sentimientos de Darcy, el sentido del honor o el respeto que siente por Lizzie continúan haciéndonos suspirar. La novela también es una sátira a los vicios domésticos, una crítica al abismo entre clases sociales, a la doble moral y a las apariencias. Es cierto que, para reflejar correctamente la época, le faltaría fijar más la lupa en las clases sociales más bajas, en el nuevo proletariado incipiente, pero Austen escoge un pueblo rural donde esa Modernidad aún no ha llegado con la misma virulencia que a los escenarios de Dickens.
            La parquedad de las descripciones no deteriora un retrato que vemos a través de situaciones, como suele ocurrir en escritores ingleses. Los diálogos nos informan mucho más de lo que las palabras pretenden decir en boca de un personaje y, así, en una simple frase comprendemos un carácter, un problema, un prejuicio o incluso un contexto. Algo que me fascina en Jane Austen es la capacidad narrativa que contiene cada detalle. Ninguna escena está allí de relleno, todas conducen a algo o aportan algo relevante para la historia. En este punto, es toda una maestra.

             Y, por último, para no extenderme demasiado, mencionaré algo que realmente me enamora: la capacidad para crear tensión sexual entre Lizzie y Darcy sin necesidad de que aparezcan un solo beso o una nimia caricia. Las miradas, los silencios, la pasión contenida en algunos de sus mutuos ataques, la presencia lejana, a veces la ausencia… son suficientes para despertar el deseo en el lector de un encuentro feliz entre la pareja. No es que el menos sea más, es que la autora coloca con tal sutilidad las piezas de este engranaje que produce un movimiento lento, pero inexorable, en el alma de cualquier lectora. 
            Mi libro de cabecera, sin duda.
RESEÑA DE JANE KELDER

PERSONAJES PRINCIPALES
Elisabeth Bennet es una chica joven algo bohemia y nada convencional para los usos de la época. Segunda hija de un caballero venido a menos, vive tranquila en el campo, rodeada de una cotidianeidad algo aburrida y perdida en sus libros, soñando, soñando sin parar como muchas de nosotras. Pero, aunque en esencia es una romántica, es una joven orgullosa, de ideas firmes y sin pelos en la lengua. Te identificas con ella desde el principio y, para mí, es uno de los mejores personajes femeninos que jamás se han descrito.
Elizabeth Bennet podría ser una heroína moderna, tan decidida a casarse por amor que asume sin dramatismo la amenaza de la soltería. Su energía, su valor, la naturalidad con la que se enfrenta a los pretendientes indeseables o a la lengua afilada de una aristócrata, hacen de ella uno de esos personajes que permanecen en la memoria del lector más allá incluso de la propia novela.
Elizabeth no es una joven al uso de la época, sino una mujer con su propias opiniones, que se permite incluso reflexionar mucho más allá de los asuntos que se supone interesaban a sus contemporáneas: «Cuánto más veo cómo es el mundo, más me desagrada; y todos los días confirmo mi creencia en la incoherencia de los seres humanos, y en la poca confianza que se puede depositar en las apariencias del mérito o de la inteligencia». Díganme si la frase ha perdido vigencia doscientos años después de que cientos, miles de lectores, la leyesen por vez primera.
Fritzwilliam Darcy es el heredero de una gran fortuna. Rico desde la cuna y de modales exquisitos, es a la vez frío, arrogante y orgulloso. Es oscuro y misterioso pero, a medida que avanza la historia, te vas enamorando de él perdidamente porque vas descubriendo, a la vez que la protagonista, que detrás de su hermosa pero rígida fachada, hay un hombre maravilloso. En Darcy se inspiró Stephenie Meyer para crear a Edward Cullen y como ellas otras muchas escritoras pusieron algo de Darcy en sus protagonistas, yo, la primera para crear a mi amadísimo Brais (perdón por tener la osadía de incluirme como escritora).
F. Darcy es considerado uno de los mayores héroes románticos de la literatura, y con razón.
Como lectora os puedo decir que, antes de que esta joya llegara a mis manos, jamás me había sentido atraída por este género. Las películas de época siempre me habían resultado oscuras, ñoñas e insípidas. Sabéis que nos hemos leído auténticas burradas super eróticas y pasar a un libro así puede resultar cuanto menos fuerte. Pero ahí está su magia, en la inocencia, en las pasiones y los sentimientos reprimidos, en el amor que te estalla por dentro y que no puedes expresar. El secreto de este libro es, además de la fina ironía y el magnífico estilo narrativo de Austen, su sencillez. Y por eso es tan especial y maravilloso.
Si os llega al corazón como me llegó a mí, os puedo recomendar muchas historias similares que, aunque están a años luz de Orgullo y Prejuicio, son realmente mágicas.
Jane Bennet, la mayor, la más guapa y dulce, no proclive a los excesos verbales de su hermana, más comedida, respetuosa y adaptada a las convenciones sociales de la época. Jane acaba conquistando el corazón del señor Bingley, una de las grandes fortunas del condado.
Charles Bingley es uno de los principales personajes de Orgullo y prejuicio. Es un hombre encantador joven de 22 y es el interés del amor de Jane Bennet. Su ingreso anual es de 5.000 y que vive en Netherfield con su amigo ( Darcy), dos hermanas (Caroline Bingley y Lousia Hurst ), y una de esposo de sus hermanas ( Sr. Hurst ) por un corto tiempo.
El Sr. Bingley es una lámina (contraste) al señor Darcy, que es, en un primer momento, estirado y grosero. Jane dice lo siguiente sobre el señor Bingley, '' Él es justo lo que un joven debe ser ... sensible, buen humor, vivo; y nunca vi modales tan feliz! -! tanta facilidad, con tan buen cultivo perfecto '' De hecho, Jane y el señor Bingley son muy similares en términos de personalidad.
El Sr. Bingley parece que el hombre ideal. Sin embargo, también es fácilmente persuadido por su familia y amigos. Por ejemplo, a pesar de que le gusta Jane, Darcy y su hermana son capaces de convencerlo de dejar Netherfield Park (y Jane). A diferencia del Sr. Darcy, que se muestra a aferrarse a las convicciones, el Sr. Bingley parece dejarse llevar con mayor facilidad.
FUENTE: Mareas de tinta,Study.com

CURIOSIDADES
La primera vez que Jane Auten publicó 'Orgullo y prejuicio', el 28 de enero de 1813, lo hizo de forma anónima. La familia Austen suplicó a Jane que mantuviese en secreto sus inclinaciones literarias, así que ésta firmó su novela como 'Una dama'. Pero 'Orgullo y prejuicio' se convirtió en un fenómeno editorial. Los lectores ingleses querían saber el nombre de aquella dama enigmática, y algunos miembros de la familia Austen no resistieron la tentación de hacer público que la novela de moda estaba escrita por alguien de su sangre. Así fue como Jane Austen se convirtió en una escritora famosa, aunque su falta de experiencia le había llevado a ceder los derechos de la novela por la irrisoria cantidad de 110 libras. La pobre Jane se vio privada así de los beneficios de la venta de miles de ejemplares.

ALGUNOS FRAGMENTOS

“Las discusiones se parecen demasiado a las disputas."
"La vanidad es un defecto. Pero el orgullo, en caso de personas de inteligencia superior, creo que es válido."
"Me pregunto quién sería el primero en descubrir la eficacia de la poesía para acabar con el amor."
"Somos pocos los que tenemos suficiente valentía para enamorarnos del todo si la otra parte no nos anima."
"El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros"


3 comentarios:

  1. Me ha encantado tu reseña! Estoy de acuerdo en tu opinión y punto de vista, no sabía que la primera vez que lo publicó fue de forma anónima, muy interesante.

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  2. ¡Hola!

    Qué reseña más interesante; como mencionas al inicio, es muy difícil comentar un libro que es tan querido y del que se ha dicho tanto. Me encanta todo lo que has resaltado y en especial esas curiosidades que no se conocen con frecuencia :) ¡Gracias!

    Besos.

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